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Enrique Morales
El sistema de pensiones se basa en la solidaridad y el reparto. Se cotiza para recibir una pensión, pero también para complementar las del resto. En breve, la prestación se cobrará, de media, durante 25 años
Después de más 40 años cotizados a la Seguridad Social, cerca de 530.000 jubilados quieren recuperar ahora la parte de la pensión a la que tuvieron que renunciar por jubilarse a los 63 años, con penalizaciones de hasta un 16% y tras duras carreras laborales que incluso comenzaron con 14 años. El perfil de la mayoría coincide con trabajadores semicualificados, con sueldos no muy elevados y que, además, sufrieron de lleno la crisis económica, tras la cual muchos no volvieron al mercado laboral o lo hicieron con condiciones retributivas peores.
Asjubi40, la asociación que ha tomado las riendas para hacer llegar a todos los ámbitos políticos y sociales la reivindicación, aclara que no pretenden una retroactividad económica de los coeficientes aplicados en su pensión y sí recuperar la base reguladora íntegra para todos los jubilados afectados por estos recortes -en torno a 530.000, según la asociación, y más de dos millones según el Gobierno- para poder disfrutar de su pensión íntegra.
Pero el 'problema' económico, que se puede multiplicar por cuatro si las cifras aportadas por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones son las reales, podría agravarse aún más. Al número de afectados actuales, que quedará patente en unos días, se unirá a corto plazo otros cientos de miles de trabajadores que querrán dejar su empleo antes de la edad legal de jubilación -en 2021 a los 65, con 37 años y tres meses cotizados; o las 66, con con menos años de cotización-, alegando 40 años de desembolsos a la Seguridad Social cotizados. Ellos son la generación del 'baby boom' y sus pensiones, con mejores trabajos, serán más elevadas.
Las cartas están sobre la mesa y la Comisión del Pacto de Toledo y los responsables político siguen haciendo números y realizando proyecciones de costes para evitar que la decisión de no aplicar coeficientes correctores sea un salto al vacío en un contexto en el que se pretende retrasar todo lo posible la edad de jubilación con incentivos; penalizar, aún más, su adelanto; y ampliar los años de cálculo para obtener la pensión.
La labor del Pacto de Toledo
La ex ministra de Trabajo y Seguridad Social y presidenta de la Comisión del Pacto de Toledo, Magdalena Valerio, reconocía el pasado mes de noviembre que se había solicitado un informe, que debería ser entregado en el plazo de tres meses, para evaluar la posibilidad de no aplicar en el coeficiente reductor -penalizaciones- a las carreras más largas de cotización.
Sin embargo, también puntualizaba algunos aspectos de la propuesta, que dejaba la puerta abierta a que no fuese generalizada y en la que un elemento clave serían los costes financieros. Así, en un vídeo publicado en Youtube en el canal de 65 y más, Valerio insistía en que se debería considerar la forma de acceso a la misma: "voluntaria o forzada por las circunstancias"; además del sector de actividad, clave para conocer el 'desgaste' de los trabajadores tras 40 años en el mercado laboral y, fundamentalmente, el efecto "inequitativo o injusto del retiro".
Esta es una de las claves que se valorarán. El sistema de pensiones contributivas de la Seguridad Social es un sistema de reparto y solidario entre generaciones. Es decir, está basado en el aporte voluntario durante toda la carrera laboral para constituir un fondo, no solo para recibir en un futuro nuestra pensión, también para que se puedan atender de manera generalizada a los trabajadores jubilados, que cotizaron menos, para que reciban una pensión justa, independientemente dónde resida.
Esto hace que, entre otras cosas, haya un límite máximo en la pensión, pese a que la cotización de muchos trabajadores -rentas medias y altas- podría dar para jubilaciones mucho más cuantiosas. La mayoría de estos prefieren retirarse más tarde, porque su pensión se vería reducida considerablemente con respecto al sueldo.
Los números no salen
La proporción de afiliados a la Seguridad Social con respecto a los pensionistas es cada vez es menor. Solo tres comunidades autónomas podrían 'sobrevivir' sin caja única de las pensiones. Junto a esto, la esperanza de vida actual en España es de 83,5 años (86,2 en el caso de las mujeres y 80,9 en el caso de los hombres), siendo España uno de los países más longevos junto con Japón, Singapur o Francia.
Esto supone que de media, la pensión se cobra durante 20 años, siendo actualmente la edad media de retiro 64,6 años, según los datos de la Seguridad Social. "Pero en breve viviremos jubilaciones de más de 25 años, pues hacia mediados de siglo la esperanza de vida puede encontrarse cerca de los 90 años", apunta el blog del BBVA dedicado a pensiones y jubilaciones.
Los últimos datos ponen de manifiesto que las nuevas pensiones de jubilación, que son mayoritarias en el sistema, son ya un 33% más elevadas que las que causan baja. Los nuevos jubilados tienen de media de ingresos mensuales equivalentes a 1.406 euros, mientras que los que causan baja percibían de media 1.055 euros.
Mientras, el déficit de la Seguridad Social continúa imparable y el acumulado de los últimos ocho años suma 103.000 millones de euros o lo que es lo mismo 10.650 euros por pensionista, según un reciente estudio de BBVA Research. La cuantía de las nuevas pensiones supera ya en un 35% la de los nuevos salarios, que son inferiores a 900 euros.
En España, menos de dos afiliados sustentan a un pensionista y la caja única resulta imprescindible. Las aportaciones realizadas a la Seguridad Social durante toda la vida laboral apenas sirven para pagar siete de cada diez euros de nuestra futura pensión. Este panorama hace insostenible el sistema actual y hace necesario asentar cambios, algunos drásticos, para garantizar las futuras prestaciones.
