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Foto: Luis Colmenero

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Aguas arriba, la Administración debe tomar "medidas eficaces e inmediatas"

 

Amanda Glez de Aledo

El juez que investiga un presunto delito ecológico por parte de las tres depuradoras sevillanas de San Jerónimo, Tablada y El Copero ha recibido una ampliación del peritaje solicitado que concluye que esas tres instalaciones no empeoran el estado del Guadalquivir, aunque aguas arriba existe una "situación preocupante" en la que es urgente que las administraciones responsables tomen "medidas inmediatas".

El perito Rafael Marín Galvín, jefe del servicio de control de calidad de la empresa municipal de aguas de Córdoba, aborda en su informe ampliatorio las consecuencias medioambientales y sobre la salud de las personas de la superación de los niveles de nitrógeno en los vertidos de las tres depuradoras, un aspecto no tratado en su primer peritaje.

En sus conclusiones, a las que tuvo acceso este periódico, afirma que "los datos y evidencias practicados no permiten acreditar que exista algún daño o afección negativa al medio acuático natural en cuanto al nitrógeno existente en el agua residual urbana depurada en San Jerónimo, Tablada y El Copero puesto que el medio receptor en todo momento cumple con un buen estado químico, tal como establece la normativa vigente de calidad de las masas de agua en nuestro país".

El juez de instrucción 6 de Sevilla investiga por presunto delito ecológico a altos cargos de la Junta y de la empresa Emasesa. Recientemente archivó la causa respecto a varios de ellos pero pidió a la Junta de Andalucía el organigrama de la consejería de Medio Ambiente entre 2010 y 2020 puesto que las obras necesarias para evitar los vertidos contaminantes eran "responsabilidad directa y exclusiva de los servicios centrales de la consejería de Medio Ambiente".

En su nuevo dictamen, Marín Galvín asegura que aguas arriba de San Jerónimo "la masa de agua ya presentaba históricamente una situación deficiente en su estado químico" e incluso en el caso de los nitritos "es ligeramente peor que antes de recibir el vertido de la depuradora de San Jerónimo". Por tanto, "no se puede acreditar" que San Jerónimo provoque daños ya que ese medio "está de por sí muy dañado y modificado negativamente".

Se trata de un deterioro "considerable y en absoluto el deseable" que "debiera dar lugar a que las administraciones responsables del cauce público arbitraran medidas eficaces e inmediatas para minimizar y reducir de forma exigente los vertidos recibidos aguas arriba de la depuradora, con independencia de su fuente (agrícola, urbana o indeterminada)".

La misma explicación reitera respecto a las dos instalaciones situadas aguas abajo de San Jerónimo: Tablada y El Copero, pues "el estado químico del cuerpo de agua antes de recibir el vertido ya es peor que moderado", con lo cual esas depuradoras "no son determinantes en la contribución al daño existente" e incluso en algunos elementos de calidad el vertido de El Copero "tiene una influencia favorable y mejora su deficiente estado inicial".

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