PabloIglesias

La Unión General de Trabajadores se creó en el año 1888, en el transcurso de Primer Congreso Nacional Obrero, en el que participaron 26 delegados, que representaban a 44 sociedades obreras y que estaban reunidos con el convencimiento de constituir la primera Organización Nacional de Sociedades Obreras para defender sus intereses de asalariados frente a la patronal.

Aquel 12 de agosto tomaban asiento en el salón del Círculo Socialista ubicado en la calle Tallers, 29, de Barcelona, Antonio García Quejido, Pablo Iglesias, Juan Serna, Basilio Martín Rodríguez, Pablo Roca, Pedro Botifoll, Ramón Cuñé, Constantino Amigó, Antonio Cortés, Juan Roca, Baldomero Carbonell, Rafael Orrioles, José Anguera, Toribio Reoyo, Salvador Ferrer, Cristóbal Uño, Antonio Torroella, José Sarcos, Ramón Perramón, Jaime Mora, Juan Matas, J. Castells, José Pons, Juan Boixader, Juan Palomero y Antonio Moliner. Estos 26 delegados, representaban a las 44 sociedades obreras y a un total de 4.668 afiliados, de los que 1.391 correspondían a la Federación Tipográfica Española.

El Congreso duró hasta el día 14 y en la segunda sesión un tipógrafo llamado Pablo Iglesias Posse propuso que la nueva Organización obrera llevara por nombre "Unión General de Trabajadores de España", sugerencia que fue aprobada por el Congreso.

La recién nacida UGT se organiza en Secciones de Oficio a nivel local y por Federaciones a nivel nacional, queda aprobado un programa de fijación de salarios mínimos, y se acuerda la petición de la jornada de ocho horas. La cuota de afiliación queda fijada en cinco céntimos y como órgano directivo entre Congresos actúa el Comité Nacional. Con ello se logró cumplir el deseo de miles de trabajadores que, desde la I Internacional (1864), aspiraban a crear Asociaciones obreras basadas en la solidaridad y estructuradas en agrupaciones de oficios.

Hasta finales de siglo, UGT experimenta un proceso de consolidación y va extendiendo su influencia a las diversas provincias españolas y con el cierre del siglo, UGT había pasado a tener más de 26.000 afiliados y para 1910, el número de afiliados al sindicato socialista alcanzaba los 43.000. Ese mismo año, Pablo Iglesias se convierte en el primer diputado obrero de España.

Los últimos años del siglo XIX resultan difíciles para el movimiento obrero español debido a las suspensiones, detenciones y violentas represalias que provocan las numerosas huelgas y actos de protesta de los trabajadores contra las guerras coloniales.

Durante la primera década del siglo XX, UGT experimenta un período de desarrollo ideológico y organizativo. Es a partir de entonces cuando se perfila una nueva generación de dirigentes, tales como Saborit, Indalecio Prieto y Anguiano. La Organización va creciendo hasta llegar en 1915 a los 110.000 afiliados. En el X Congreso se sustituyen los Sindicatos de Oficios por Sindicatos de Industria, lo que permitirá la consolidación del movimiento reivindicativo y la creación de Sindicatos poderosos. Esta es también la década de la creación de cooperativas obreras y centros educativos y de esparcimiento, como las Casas del Pueblo.

La activa participación de UGT en las numerosas huelgas que tienen lugar en la segunda década del siglo XX (y que desembocan en la huelga general del 13 de agosto de 1917, cuando es decretado el estado de guerra) hace aún frecuentes, sin embargo, las disoluciones de la organización y la encarcelación de sus dirigentes.

En 1919, los trabajadores habían conseguido una de sus viejas aspiraciones: la jornada laboral de ocho horas y en 1921, UGT superaba los 200.000 afiliados.

La muerte de Pablo Iglesias, en 1925, deja la responsabilidad de UGT en manos de Indalecio Prieto, Julián Besteiro y Francisco Largo Caballero, tres figuras claves del socialismo español en los años venideros tras la caída de la dictadura de Primo de Rivera, en 1930. Por aquellas fechas, UGT contaba con casi 300.000 afiliados y se producía la decisiva incorporación de los campesinos a la lucha sindical.

La Republica deja también su sello en la UGT. En 1932 se celebra el XVII Congreso, el último celebrado en nuestro país hasta el año 1976. Ese mismo año tiene lugar la Huelga General contra el golpe militar de Sanjurjo. En el 34 el gobierno de derechas comienza a destruir las incipientes mejoras conseguidas, lo que provoca la Huelga General de Octubre que tiene una gran incidencia en Asturias. La represión efectuada por el Gobierno causa numerosas víctimas y se detiene a innumerables militantes de las organizaciones de izquierdas. Largo Caballero es encarcelado y se clausuran las Casas del Pueblo.

El Frente Popular, fue el ganador de las elecciones del 16 de febrero de 1936. Pocos meses después, tras el golpe militar, comenzó la Guerra Civil. La UGT se movilizó activamente en defensa del gobierno legítimo de la Republica. Una parte muy importante del millón y medio de militantes que tenía al comienzo de la Guerra Civil, sufrió las represalias de los sublevados. Muchos hombres y mujeres de la UGT murieron en el frente, fueron encarcelados y ejecutados, o tuvieron que exiliarse para continuar desde el exterior con la lucha contra el franquismo.  

En el mes de abril de 1976, la UGT celebra en Madrid el XXX Congreso, en el restaurante Biarritz, lugar en el que celebró el Congreso del año 32. El lema de aquel Congreso celebrado aún en la ilegalidad “A la unidad sindical por la libertad” ha presidido desde entonces las actuaciones del Sindicato.

La legalización de los Sindicatos se produjo el 28 de Abril del año 77, comenzando la normalización democrática. En 1978 pudo celebrarse nuevamente en legalidad el 1º de Mayo, y ese mismo año se celebran las primeras elecciones sindicales libres en nuestro país.

La UGT contribuyó a una transición eficaz, y a extender los valores democráticos utilizando como punta de lanza la defensa a ultranza de los intereses de los trabajadores y trabajadoras.

A partir de este momento la UGT ha sido protagonista, y seguirá siéndolo, de todos los acontecimientos sindicales, políticos y sociales acaecidos, ha potenciado la negociación colectiva, ha firmado acuerdos importantes, ha hecho de la Concertación y del Diálogo Social un instrumento eficaz, y también se ha enfrentado con los gobiernos y las patronales cuando han atacado los derechos de los trabajadores y trabajadoras, convocando movilizaciones y Huelgas Generales en defensa del EMPLEO DECENTE, del ESTADO DEL BIENESTAR, de la IGUALDAD, de la PAZ, de la LIBERTAD y de la DIGNIDAD de todos los seres humanos.                

 

 

 

 

 

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